La agresión a la Enseñanza Media es la primera embestida contra el Estado de Bienestar. Y es la primera gran acometida porque atacar la Enseñanza Media supone agredir a uno de los principales pilares de los sistemas de movilidad ascendente de las sociedades postindustriales de nuestros días.
La Educación ha sido históricamente el medio objetivo para que los sujetos pertenecientes a la clase obrera o a la clase media-baja pudieran desarrollar sus capacidades y habilidades en sociedades con clases sociales muy diferenciadas. De este modo, la creación de unos sistemas educativos en los que prevalecerán no tanto la pertenencia a una determinada clase, sino, especialmente, las aptitudes y el talento propio de cada individuo, ha sido la primordial conquista del pasado Siglo XX.
Se puede afirmar que desde las décadas de los años sesenta y setenta del Siglo XX y con el triunfo del Estado de Bienestar que garantizaba que no surgieran revoluciones en los países del bloque occidental de la Guerra Fría, la extensión de la Enseñanza Media se convertía en un derecho básico de los mecanismos de justicia y equidad para amplios grupos de la población. Así, la Enseñanza Media en su organización en los Institutos de Enseñanza Media garantizaba los siguientes aspectos:
De esta forma, la educación será considerada el proceso que garantice una comunidad en la que se estimulen las mejores características de la convivencia colectiva, siendo la Enseñanza Pública el mecanismo de la distribución de derechos de los ciudadanos a participar en igualdad de condiciones mediante la cultura y la instrucción generalizadas. Sin embargo, con la consolidación del capitalismo de la Globalización y sus recientes intereses económicos y políticos en los que la artificial crisis económica actual juega un papel de primera magnitud, el ataque al Estado de Bienestar se convierte en un objetivo predominante del reciente capitalismo.
Es en esta dirección de hacer quebrar los mecanismos de racionalidad del Estado, en donde tiene que inscribirse el asalto radical de los defensores del mercado frente al Estado social, y dentro de la embestida al Estado social serán las instituciones, centros y organismos educativos los que reciban con una ferocidad inusitada el mayor envite del economicismo globalizador. En este sentido, los Institutos de Enseñanza Media y sus profesores van a ser agredidos con la fuerza que da la irracionalidad y el dogmatismo. Los portavoces del Mercado frente al Estado tacharán al profesorado de Enseñanza Media de vagos y holgazanes. Se emprenderán campañas para enfrentar a la población con los profesionales de la Enseñanza Pública desde todos los sectores de la Opinión pública, y así vemos a un corifeo de periodistas, tertulianos, opinadotes (es decir, opinólogos) juzgar sin ningún criterio de conocimiento objetivo sobre el tema y los orígenes y causas que han desembocado en el conflicto. Se dirá desde los medios de comunicación, entonces, como si fuera un oráculo irrebatible que «la voz de la calle» condena la huelga de la Enseñanza Media sin conocer ni la problemática ni la cuestión de la que se trata.
En un país en el que se ha fomentado totalmente el anti-culturalismo radical, esta crítica lloverá sobre mojado en esta campaña de odio y rencor contra el profesorado. Pero lo que no se comenta en absoluto será el hecho de que al atacar al profesorado de la Enseñanza Media lo que se está buscando de manera primordial es crear un estado adverso de la opinión pública hacia los funcionarios y los sistemas de concurso por Oposición a puestos profesionales y, en último término, el ataque no deja de ser sino una maniobra más contra el Estado de Bienestar y sus estructuras. Es tal la furia contra el Estado de Bienestar que se acusa al profesorado y funcionarios por Oposición de tener un trabajo fijo, sin percibir que la destrucción de la función pública, y el acceso por Oposiciones libres no trampeadas ni manipuladas, garantiza la imparcialidad y justicia de las sociedades de Estado social y de Derecho.
Pues bien, la permanente agresión al funcionariado por Oposición representado por los profesores de Enseñanza Media se enmarca dentro de las principales estrategias neoliberales que tratan de debilitar y desvirtuar las sociedades del Primer Mundo con las siguientes finalidades:
El sentido de esta movilización de los profesores, en definitiva, no está referido meramente a una defensa de intereses gremiales, cuanto a una reivindicación y salvaguarda del derecho colectivo al conocimiento y a una educación objetiva e igual para todos en el esencial derecho del pueblo a la educación, el conocimiento y la cultura que a lo largo del tiempo han hecho, hacen y harán libres y conscientes a los ciudadanos.